lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Eres periodista y tu jefe es un político? ¡Buena suerte!

Hace unos meses escribí un post sobre la relación de los periodistas y los políticos, cuando están juntos y se retroalimentan cada uno desde su posición pero, ¿qué pasa cuando esa relación es directa y laboral? ¿qué ocurre cuando un periodista tiene como jefe un político o, simplemente, su día a día se ve irremediablemente empañado por decisiones, criterios y polémicas políticas?
Esto es lo que pasa: el periodista deja de serlo a ojos de muchos para pasar a ser un enchufado, una sombra de otra persona, una suerte de advenedizo para el que la etiqueta con las siglas que correspondan quedará grabada a fuego.
He trabajado para políticos, tengo buenos amigos políticos, he ayudado en campañas electorales por trabajo y,ojo, también por voluntad propia fuera de horario, siempre desde la profesionalidad y criterio, compartido o no, valorado en mayor o menor medida, pero siempre consciente de lo que hacía y poniendo todo mi empeño en ello.

Mi amiga Emma, mi compañera, recordaba hace muy pocos días en su blog Membrillo con canela su propio caso, que es prácticamente el mío, y cómo bajo palabras vacías, rumores e hipocresías finalmente varias personas, profesionales de la información en salud, nos íbamos al paro bajo el paraguas de los cambios de Gobierno y los empujes de unos y otros. Y otras.

Emma habla de que realizábamos un trabajo técnico. Y así era. Pero ¡ay amiga! es que ibas haciendo fotos a un político... es que te han visto en un acto político, juraría que te han visto en la sede de un partido político, es que, es que, es que... ¿pero por qué no llamamos a las cosas por su nombre?
Si eres periodista no puedes tener ideas políticas, por lo visto. Más de una, de dos, de tres veces han dado por hecho que estaba afiliada a un partido. No lo estoy. Porque no me da la gana. Pero si un día me da, lo haré. Y punto. ¿Está mal visto? ¿Será un impedimento en mi carrera profesional? Permíteme que me ría: ja ja ja.

Otra cosa muy distinta es que en esos puestos técnicos se contrate o nombre a personas por su signo político y no por su preparación. Es público y notorio que en Castilla-La Mancha se han nombrado para cargos de comunicación a personas sin titulación en este área, como el caso de la Subdelegación del Gobierno en Albacete, lo que, más allá de los reproches políticos, dice muy poco de lo que se valora esa figura y la propia comunicación institucional.

Las cosas se pueden hacer bien o mal, puedes echar a la calle a alguien de buenas o de malas maneras, ajustadas a la legalidad o no, puedes escogerla por propia decisión o porque alguien te la impone (ejem, ejem...) pero lo que está claro, señores de tooooodos los partidos políticos, es que deberían cuidar un poquito más a quién meten en casa. Y no miro a nadie...

1 comentarios:

Antoine dijo...

Yo diría que a muchos políticos les imponen la toma de decisiones. Ellos sólo buscan perpetuarse en el puesto obedeciendo a los jefes. Meten en casa a gente leal que se deje manipular y que, a su vez, también aspire a perpetuarse en su puesto.

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