miércoles, 23 de mayo de 2012

Políticos: ¿culpables hasta que se demuestre lo contrario?

Ya desde que comienzo a teclear esta entrada sé que su fondo no va a ser compartido por muchos, indignados como nos hallamos y culpabilizando, no digo que sin razón, a buena parte de los políticos de este país y de otros.
Pero ¿creéis que son todos iguales? Sí! gritaréis muchos sin dudarlo. Yo no sólo creo... sé que NO son todos iguales.

Recupero de nuevo algunas perlas de 'Los idus de marzo', película de la que ya hablé hace unas semanas.
- Marisa Tomei, periodista en el filme, afirma del político Morris: "es un tío agradable, pero es un político; te decepcionará".
- La becaria, al ser preguntada por el motivo de su entrada en política asegura"porque está bien pagada, evidentemente".
Este tipo de pensamientos, comunes a millones de personas, tienen evidentemente una base ganada a pulso, y que se engorda con cada caso que vamos conociendo de corrupción, salarios astronómicos, primas vitalicias y un sinfín de beneficios incomprensibles.
Pero, ¿nos da eso el derecho a generalizar? ¿son los políticos culpables hasta que se demuestre lo contrario? Tristemente, eso es una de las cosas que he aprendido trabajando con y para ellos.
¿Sabéis lo que le dije a mi madre tras el primer día de trabajo en una institución pública? Ella siempre me lo recuerda. Le dije: "mamá, ¡la gente trabaja! Me llamó mucho la atención que desde el primer funcionario hasta el último miembro del equipo de Gobierno o la oposición estaban siempre activos y, al menos esa fue mi sensación, no paraban de trabajar. Porque yo misma llegué allí con un montón de prejuicios que se fueron diluyendo. Otros no.
Con el tiempo confirmé aquello. Independientemente de ideologías o de criterios en la gestión, ví gente trabajadora que, como tantas otras personas, sacrificaban tiempo con su familia por el trabajo, tenían días buenos y días malos, eran  mejores compañeros o peores. Como todo el mundo.
Siento que los ciudadanos en general tomamos muchas veces la parte por el todo. Insisto, soy la primera en repudiar los abusos que se cometen, la incompetencia evidente y la falta de palabra de muchos políticos, pero no me gusta que la labor de tantos otros, probablemente los más cercanos a nosotros, quede echada por tierra.
Una cosa es que se tenga que acabar con los lujos, las tropelías, los privilegios, etc. y otra distinta es que tengamos que crucificar a todo aquel que milite o ejerza un cargo público.

Así lo veo yo...-

1 comentarios:

Rodrigo Gutiérrez Fernández dijo...

Gracias por tu entrada, Laura.
Malos tiempos para la política, enormemente desprestigiada por los políticos. Pero la política es inevitable y necesaria. Suelo recordar una anécdota atribuida a W. Churchill, que comentaba que "aquellos a quienes no les gusta la política, tienen la mala suerte de que estarán siempre gobernados por gente a quienes sí les gusta..."
Un saludo.

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